Papel mojado

Bienvenido a Papel Mojado. Este blog recoge las ideas, opiniones, artículos y devaneos varios de Pedro Jareño. Es un lugar donde amontonar ordenadamente aquellos pensamientos que, con tinta china, planean por mis neuronas (si es que queda alguna sana). Espero tus lecturas y tus comentarios. Un blog se escribe, no se lee.

jueves, agosto 18, 2005

Pollos, monjas, información y pecados

"Y el Madrid qué, ¿otra vez campeón de Europa". Quién no recuerda ese genial spot. Un anciano sólo y asilado recibía la visita inesperada de un ciudadano cualquiera a bordo de un moderno 4x4. "Donde llega el xxx no llega nadie", o algo parecido, rezaba el eslogan.
Paradójicamente, pocos años después, el Real Madrid mandó para siempre a las videotecas el anuncio tras conseguir tres títulos europeos.
Pero en fin, ese no es el caso.
La película "El Bosque", de M. Night Shyamalan, también trataba algo similar, aunque me voy a permitir no destriparla para los que gusten del buen cine de suspense e intriga inteligente, que no de terror juvenil y sustos precocinados.
Aislamiento informativo. Ese es el tema. A día de hoy, hablando siempre en una sociedad desarrollada, claro, es muy difícil encontrar gente que se encuentre tan aislada del mundo como para no enterarse de la actualidad, de las noticias.
Por muy ajeno que sea uno al panorama informativo, por muy poco habituado que se esté a escuchar los noticiarios, ver los telediarios o leer la prensa, por muy poco mediatizado que se considere alguno, resulta casi imposible no enterarse de las noticias de alcance.
Y es que, casualmente, una noticia de alcance es aquella que alcanza. A todos. Si no te enteras hoy, te enterarás mañana. Si no lo ves tú, te lo contará alguien.
Pero cual es mi sorpresa al descubrir hoy que aún existen personas que viven en sus cápsulas privadas, aisladas, indómitas, envasadas al vacío, habituadas al silencio, enganchadas a la soledad.
Ahí estaban ellas. Un grupo de monjas de clausura se intoxicó tras comer "pollos del Mercadona" una semana después de que todo el país conociera la pandemia salmonelósica.
Estar ajeno a la noticia es quedarse ajeno a la realidad. Vivir aislado es vivir distinto. Yo me pregunto, incluso, si es vivir. No puedo comprender como se puede sacrificar la vida, la única vida que tenemos, por estar enclaustrado. Puedo comprender, incluso admirar, a los misioneros, más allá de mis creencias (o falta de ellas). Pero no entiendo la clausura. Me parece un suicidio emocional. Y eso es pecado.


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