Papel mojado

Bienvenido a Papel Mojado. Este blog recoge las ideas, opiniones, artículos y devaneos varios de Pedro Jareño. Es un lugar donde amontonar ordenadamente aquellos pensamientos que, con tinta china, planean por mis neuronas (si es que queda alguna sana). Espero tus lecturas y tus comentarios. Un blog se escribe, no se lee.

jueves, agosto 04, 2005

Dejar que pase el tren

Ahí estaba yo. Sentado en el andén de una estación sin nombre. Con las maletas hechas, con las ideas oscuras. Con la necesidad absoluta e inminente de tener que tomar una decisión presente que marcará todo mi futuro. Con la sensación perenne de saber que hiciera lo que hiciese marcaría mi pasado. Con los billetes en la mano. Con el corazón en un puño.
Nunca me había visto en la encrucijada. Jamás. Coger el tren o dejarlo pasar.
Y es que no era un tren cualquiera. Era el tren que me llevaría hacia un destino que siempre había soñado. Una gran oportunidad. Quizá única.
Ahí estaba yo. Poco a poco, el ruido del tren se aproximaba a la estación. El humo que invadía mi cerebro y que nublaba mis pensamientos se hizo presente al vislumbrarse la chimenea de la locomotora. El tren se acercaba y el suelo temblaba. Quizá no. Quizá era yo.
Lo profesional o lo personal. Los sueños o la realidad. La distancia o la presencia. Sí o no.
Todo se reducía a un monosílabo. El tren paró ante mis ojos. Decenas de viajeros anónimos bajaron mientras que otros tantos se disponían a subir. Pero mi vagón estaba vacío. Y todos me miraban. El revisor me guiñó un ojo y me invitó a reanudar la marcha. Yo seguía sentado. Casi inerte.
Si lo dejaba escapar, puede que no volviera a pasar en otra ocasión. Puede que nunca vendan más billetes.
Sonó un silbido. El tren se fue. Yo no.


directorio de weblogs. bitadir
XML