No pudo ser

Londres, contra toda pronóstico, será la ciudad que albergue los Juegos Olímpicos de 2012. Madrid, por tanto, tendrá que esperar. Así lo han querido los miembros del COI y así nos hemos quedado nosotros.
Una pena. Y es que son demasiados los intereses que prevalecen a la hora de dar un voto. Y ahí estamos verdes. Política y económicamente nos queda aún mucho que hacer para estar cerca de París (grandísima derrotada) y Londres. La capital británica, casi descartada hace un año, ha visto como los esfuerzos de Blair en los últimos días han dado resultado. Ni él se lo creía.
Pero tenemos que estar orgullosos. Muy orgullosos. No sólo hemos estado por delante de Moscú y Nueva York, sino que, además, nos hemos quedado a dos votos de plantarnos en la final (o a uno, si el despistao griego de turno no se hubiera equivocado al pulsar el aparatito, claro).
Analizando el transcurso de las votaciones, queda claro que nuestro gran fallo ha estado en no saber aprovechar los votos de todos los que apoyaban a Nueva York. En la segunda ronda, Madrid era primera. Sin embargo, no recibimos ni un sólo voto de todos los que apoyaron a los neoyorquinos en la primera ronda. ¿Por qué? Ah, amigo. Intereses. Nuestra cuenta pendiente.
Pero si hablábamos de orgullo, no es, principalmente, por los resultados en sí. Madrid, España, ha de sentirse orgullosa del grandísimo trabajo realizado por la candidatura Madrid 2012, por el excelente apoyo personal y profesional de Gallardón y su equipo, por el apoyo sin límites del Gobierno y, sobre todo, por los madrileños, por los españoles. Por primera vez en mucho tiempo, quizá desde el 11-M, nada ni nadie había conseguido juntar a todos por una causa. Hoy, todos, de derechas, de izquiedas, del Madrid o del Atleti, madrileños o no, deseábamos un objetivo común. Enhorabuena.