Jet lag televisivo

Hablábamos el otro día de la poca relevancia que tiene ya la información en diferido en un mundo informativo dominado por la actualidad soberana de Internet, las nuevas tecnologías y la facilidad de acceso a los medios por parte de los usuarios.
Pues bien, aunque parezca mentira, la televisión pública no lo ha comprendido. Telemadrid, que no pasa por sus mejores momentos, emitió ayer (19 de julio) a las 22:00 horas el partido que el Real Madrid jugó en Los Ángeles a las 4:30 de la mañana (siempre en hora española). A eso se le llama información actualizada. 18 horas de déficit son demasiadas. No importa que sea el Real Madrid; da igual que mucha gente esté de vacaciones. Internet no descansa. Ni los telediarios. Todos los informativos del día habían cubierto ya la noticia, habían presentado su crónica y habían contado el resultado.
Que sí, que el cambio horario no favorecía la emisión en directo. Correcto. Pues bueno, quien se quiera quedar despierto, que se quede. O que lo emitan durante la sobremesa. Qué sé yo.
Pero no sólo Telemadrid se equivoca. TVE tampoco parece darse cuenta de la falta de interés que genera el diferido. Y más en el deporte. No hay más que ver Estadio 2 cualquier domingo por la tarde. El pasado fin de semana, la final del campeonato de España femenino de tenis fue emitida con más de dos horas de retardo. Un mundo.
Los aficionados al deporte son animales devoradores de información. Buscan y encuentran. Se mueven. Se informan. Emitir con tanto desfase es incongruente y, bajo mi punto de vista, ineficaz. Y más, en un servicio público.