de vacaciones
Este blog estará de vacaciones hasta que deje de estarlo.
Os espero a la vuelta¡¡
Bienvenido a Papel Mojado. Este blog recoge las ideas, opiniones, artículos y devaneos varios de Pedro Jareño. Es un lugar donde amontonar ordenadamente aquellos pensamientos que, con tinta china, planean por mis neuronas (si es que queda alguna sana). Espero tus lecturas y tus comentarios. Un blog se escribe, no se lee.
"Y el Madrid qué, ¿otra vez campeón de Europa". Quién no recuerda ese genial spot. Un anciano sólo y asilado recibía la visita inesperada de un ciudadano cualquiera a bordo de un moderno 4x4. "Donde llega el xxx no llega nadie", o algo parecido, rezaba el eslogan.
Cito: "Esta decisión es un ejemplo de que las dificultades pueden resolverse pacíficamente a través del debate, la negociación y la transacción"
Ayer llevé mi coche al taller. Odio llevar el coche al taller. Es como ir al dentista. Es una de esas situaciones de la vida que todo el mundo intenta evitar. Sólo se va cuando no hay más "tutía"...y cuando nos convencen nuestros padres. Da igual que tengas 18 o 35 años...Hasta que no te dan la vara tus progenitores, el coche seguirá abollado y tus dientes con caries salvo que la junta de la trócola haya decidido pasar a mejor vida o a excepción de que cada vez que ingieras algún tipo de líquido tu muela decida impedirte vivir produciendo una especie de descarga eléctrica mortífera en el interior de algo tan aparentemente inerte e insensible como un diente. Los mecánicos y los dentistas tienen profesiones ingratas, la verdad. Nunca conseguirán quitarse su sambenito: son caros, te cobran más de la cuenta, como no tienes ni idea te dejas hacer y te sacan lo que quieran, están forraos, hacen chanchullos con el iva...Pero es que, hasta cierto punto, y sin ofender, algo de cierto tiene la cosa.La mayor parte de los mortales no tenemos ni idea ni de mecánica ni de dentaduras. Y tenemos algo claro: con lo que nos cuesta ir, cuando vamos, queremos que dure para varios lustros...
Cualquier guionista avezado de Hollywood podría haber firmado sin ningún problema un guión como éste. Como diría un globo de agua en manos de Eduardo Manostijeras: "Nunca te fíes de los jardineros".
Ahí estaba yo. Sentado en el andén de una estación sin nombre. Con las maletas hechas, con las ideas oscuras. Con la necesidad absoluta e inminente de tener que tomar una decisión presente que marcará todo mi futuro. Con la sensación perenne de saber que hiciera lo que hiciese marcaría mi pasado. Con los billetes en la mano. Con el corazón en un puño.
No puede ser que ir al trabajo cada mañana se convierta en una auténtica odisea en agosto. Con esto de que los políticos se cogen las vacaciones en este mes, deben creerse que todo el resto del país hace lo mismo.