Papel mojado

Bienvenido a Papel Mojado. Este blog recoge las ideas, opiniones, artículos y devaneos varios de Pedro Jareño. Es un lugar donde amontonar ordenadamente aquellos pensamientos que, con tinta china, planean por mis neuronas (si es que queda alguna sana). Espero tus lecturas y tus comentarios. Un blog se escribe, no se lee.

jueves, junio 30, 2005

Petanca de elite

Quién lo iba a decir. Anda que no hemos bromeado todos alguna que otra vez con la petanca. Normalmente, cuando los "paquetes" (dícese de aquellos aspirantes a deportistas que demuestran su incompetencia o discapacidad motriz para desenvolverse en una disciplina en cuestión -típicos amigos del barrio o jugadores profesionales del estilo de Prosinecki o Rodax-) la liaban, lo más habitual entre los españoles siempre ha sido espetarles algun comentario bienintencionado tal que: "Anda, vete, paquete, que no vales ni para la petanca".
Pues bien, cuidadito con la expresión. Para mi sorpresa y, supongo que para la de todos, la petanca es una de las disciplinas en las que está compitiendo España en los Juegos Mediterráneos de Almería. Ni más ni menos. Para los no duchos, son unas mini Olimpiadas en las que compiten, obviamente, todos los países bañados por el Mare Nostrum. Y, además, somos buenos. No me extraña. Con la cantidad de paquetes que hay por ahí sueltos...
Además, tenemos grandes escuelas. Quién no ha asistido en directo en alguna ocasión a todo un campeonato local de petanca en el parque más cercano a su casa: rivalidad máxima, dos equipos, cuatro siglos (sin exagerar) en la cancha -otra cosa no, pero experiencia...-, deportistas (quizá ex deportistas) en plena forma, el purito, la boina y el garrote. Y los nietos correteando en rededor. He ahí las escuelas de las que hablábamos. Probablemente, los campeones españoles habrán aprendido de sus abuelos. La famosa escuela de la calle. Qué os voy a contar.
Eso sí, desconozco si el comité de disciplina y arbitraje ha homologado el mega imán fálico que utilizan los más avispados (y reumáticos) para recoger las bolas sin necesidad de forzar el nervio ciático. Una lástima.

miércoles, junio 29, 2005

Mujeres desesperadas

Sí. Otro de esos títulos que podría aplicarse a algo relacionado con la movida. Lo sé. En este caso suena a una peli de Almodóvar. Pero que va. Los más afortunados ya sabrán que me refiero a la nueva serie que lleva emitiendo TVE1 tres semanas.
Para los que no ven la tele (me incluyo), decir que se trata de la mejor serie de ficción que ha llegado en los últimos tiempos a España: original, divertida, surrealista, impactante e inteligente.
Argumentos suficientes para conseguir que yo, divorciado a todas luces de la caja tonta, planee ahora las tardes de los martes para estar a las 22:00 horas plantado delante de mi sofá.
Lo cierto es que, tras leer buenas críticas antes de la emisión de su primer capítulo (la serie la vienen echando en Fox, de Digital+) me obligué a ver el primer capítulo para comprobarlo. Me bastó con 2 minutos. La entradilla del primer capítulo es el mejor comienzo que nunca ha visto en televisión. Inesperado, brutal, brillante. La cosa prometía. Y no decepciona.
Quien ya haya caído rendido ante este peculiar vecindario (no os dejéis engañar por la apariencia de prototipo familias Melrose Place) podrá contrastar mis afirmaciones. Si aún no la has visto, ¿a qué esperas?

El Plus en abierto

El Gobierno parece dispuesto a permitir que Canal+ deje de estar codificado. Como espectador, no puedo más que alegrarme. Como tú. Un canal más, mayor competencia, nuevos contenidos, variedad...
Sin embargo, los medios andan conmocionados. El resto de cadenas privadas, que ven como peligra una parte de su suculento pastel, no lo ven nada claro y anuncian medidas legales.
Mientras, las compañías que ganaron las licencias para emitir en digital, Veo TV (resulta divertido ver el titular de la noticia linkada y luego leer más abajo que, claro, también Net TV sale perjudicada...un puñado de acciones tienen la culpa) y Net TV, indignadas y acusando al Gobierno de favoritismo por otorgar esta ventaja al Grupo PRISA (de clara tendencia zurda).
Pero en lo más hondo de mi ser son varias las preguntas que me impiden el relajo: ¿Tantas horas perdidas sintonizando cierto canal con cierto programa (de incierta legalidad) para esto? ¿Qué será de aquellos que desperdiciaron sus madrugadas del viernes (y la salud de su retina) para aprender a distinguir carnes varias de entre las rayas negras y blancas? ¿Qué harán ahora los domingos por la tarde todas esas familias que han sufrido durante una década las visitas inesperadas de familiares, amigos, vecinos (acoplados, en definitiva) para ver el partido (si es que se emitiera en abierto)?

martes, junio 28, 2005

Google earth


Espectacular. Que los chicos de Google se lo están currando es algo que casi todos sabíamos. Pero lo que están haciendo últimamente es impresionante.
Lo último: Google Earth. Aprovechando la herramienta de Google Maps, hecha pública hace unos días, han creado este tremendo software. Navegando por una de las bitácoras más interesantes de la blogosfera, Escolar.net, me he chocado con este programa que no tiene parangón.
¿Os acordáis de la película Enemigo Público? Will Smith convertido a espía sin quererlo y Gene Hackman haciendo de las suyas. Gran película de intriga y tecnología que preveía algo como lo que cada uno, en su casa, puede hacer hoy en día con este gran programa.
Es gratuíto (salvo versión pro). Eso sí, se necesita una buena máquina para que responda bien. Tira de muchos recursos. Lógico.

Desemancipación involuntaria transitoria

Así dicho podría sonar a enfermedad mental o al nombre de un grupo de éxito de la movida madrileña. Pero no, es mi situación real.
Dicen que es duro dar el paso y salir de casa de los padres. Abandonar la comida caliente, la ropa lavada (y planchada, sobre todo, planchada), la cama hecha, la nevera llena, la habitación ordenada, etc. Pues bien, lo cierto es que yo di el paso. Y todo me ha ido muy bien. Aún nadie me ha dicho que parezco un indigente o que mi casa parecía un antro. Bueno, alguna crítica con respecto a la nevera vacía si que había recibido de algún que otro amigo gorrón.
Pero en fin, que uno ya se había acostumbrado a compensar toooodas esas virtudes de la vida paternofilial con toooodas aquellas que ofrece la autogestión hogareña: tranquilidad, descanso, paz, limpieza aleatoria y orientada a resultados, optimización máxima de recursos, cuarentena medioambiental del cuarto de baño, orientación estratégica de cables y aparatos tecnológicos varios en pos de su mejor rendimiento, poner la música a cualquier hora, aprender a colgar la ropa en perchas al estilo autoplanchado ambivalente (a ver si sopla hoy el aire recto en el tendedero y me deja los pantalones como nuevos...a ver si esta percha mantiene la camisa firme...), y un sinfín de actividades más, cuando, inesperadamente (bueno, no exactamente), mis progenitores deciden desemanciparme por un tiempo. O sea, que ya no es el hijo que vuelve a casa de los padres, sino que son los padres los que vuelven a casa del hijo. Y oye, como que no es fácil adaptarse. Como por arte de magia, he cambiado el polvo y los papeles desordenados por cuadros y adornos varios. A cambio de la paz perdida, tengo "estores" en la habitación. En lugar de un saco con la ropa sucia, tengo la nevera llena. Y he vuelto a comer pan (del día, digo).

Cuando el perdedor es noticia

Curioso. Yo (y mis ojeras) llegaba esta mañana al trabajo como un día cualquiera: aún dormido, acalorado y con el tiempo "pelao". En medio de la vorágine que supone mi comienzo laboral diario (encendido y revisado de unos cuantos equipos informáticos, aplicaciones varias y análisis del mundo en las últimas ocho horas -esas en las que yo, angelito, dormía-), me he encontrado con el siguiente titular: "El PP no consigue la mayoría absoluta en Galicia tras el escrutinio del voto emigrante en Pontevedra". ¡Carámbanos y retruécanos!, espeté en silencio (aunque mi soledad mañanera oficinista no impide que pudiera haberlo gritado sin asustar a nadie).
Y es que mi expresión, sorpresiva, no se debe a la constatación oficial de que el sempiterno Manuel Fraga dejará para siempre de gobernar a los gallegos (que ya lo imaginaba; o lo suponia; o lo esperaba), sino por el tratamiento de la noticia en la misma redacción en la que trabajo.
Mi primera reacción fue clara, quizá objetiva y seguro que improbable en el periodismo de hoy en día: "Digo yo que la noticia será que el pack "socialistas+nacionalistas" gobernará Galicia, no que los populares la pierden".
Pues vaya. Minutos después, en otra de mis primeras actividades (aún con la fresca), cual fue mi sorpresa al encontrar que todos los periódicos nacionales más importantes: "El País", "El Mundo", "ABC", "La Vanguardia" y "El Periódico", ("La Razón", caso aparte, a lo suyo) coindidían en el mismo análisis.
En ese instante todo me queda claro. Mi instinto periodístico es nefasto. Pues anda que voy bien apañado...
Poco después, yo seguía dándole vueltas a la historia. No puede ser que esto sea así. Finalmente, tras varios minutos de reflexión y alguna que otra noticia redactada, llegué a la conclusión de que no estoy tan equivocado.
Obviamente, que Fraga, tras un eón de tiempo al frente de la Xunta, se vea obligado a bajarse de un barco en el que aún se siente capitán (pese a la marea -¿negra?- y el efecto erosivo del viento en la piel), es noticia. Y de las gordas (sin segundas, esta vez). Eso me queda claro. Pero, ¿no estamos acostumbrados siempe a establecer como noticia a los ganadores?. ¿No es cierto que, desde ahora, el Gobierno gallego estará en manos de Pérez Touriño y no de Fraga? El titular, a mi entender, debería de haber sido tratado desde otro punto de vista: "El voto emigrante confirma el cambio de Gobierno" o algo similar.
Pero claro. Eso quizá sería informar objetivamente. Y eso no está de moda. ¿Para qué? Ya nadie escribe para eso. Ahora hay que mojarse y mojar. Y salpicar. Y cuanto más salpique, más gusta.
Si todos los periódicos titulan así, será por algo: los de derechas, porque a ellos (editores, directores y lectores) les interesa saber lo que ha hecho el partido que financia sus cabeceras y los de izquierdas, porque les interesa dejar claro que el partido contrario al que les financia han perdido unas elecciones clave.
Ese tipo de titulares son más propios de los diarios deportivos, donde la afinidad y subjetividad está mejor vista y no se intenta ocultar. Cuando España pierde en un Mundial (o sea, cada cuatro años y nunca después de cuartos de final), los titulares, todos, dicen: "España pierde con Corea". Esto es normal. Y lógico. Somos "todos" españoles. Aunque la selección haya perdido, la noticia, para nosotros, es que estamos fuera. No que Corea está en semifinales.
Decía una máxima que nos enseñaron en la carrera (aunque suene a paradoja e incongruencia el binomio enseñar/carrera) que las tres reglas básicas del periodismo son formar, informar y entretener. Hay que ver lo bien que los medios cumplen la tercera. No está mal. Es un tercio. Y anda que no nos gustan los tercios a los españoles. Habrá que tomarse uno para celebrarlo.

lunes, junio 27, 2005

Facturas

Echando la vista atrás parece mentira que yo envidiara a mi padre cada vez que abría el buzón (él sí que tenía llave -¿Porqué les costaba tanto darnos la llave del buzón?-) y sacaba un taco enorme de cartas dirigidas siempre a su nombre (nunca a mi). "Yo quiero ser mayor para recibir kilos y kilos de cartas a mi nombre", pensaba. Qué infeliz.
Uno de los grandes problemas de hacerse mayor es que muchos de los mitos de tu infancia se desmoronan progresivamente.
Ahora, que ya tengo llave del buzón (de mi buzón...Mi tessssoro), en muchas ocasiones quisiera perderla para siempre. Las cartas, que además vienen siempre con un "Don" delante del nombre, no son tal. Son facturas. De toda clase. La luz, el agua, el gas, el teléfono, Internet...Casi nada. Y las facturas son como las pelis de miedo malas (valga la redundancia): aunque te sabes el final, el susto te lo llevas.
Pero es que el problema de las facturas no es sólo su capacidad innata de tener que ser liquidadas. Que va. Al fin y al cabo, cuando uno se emancipa lo tiene claro: "Tendré que comenzar a pagar todo aquello que mis padres, muy amablemente y sin oposición alguna por mi parte, admitían en el todo incluido que me obsequiaban a cambio de mi eterno amor y algún que otro disgusto". El problema es conseguir que todas esas empresas tan simpáticas y amistosas que se encargan de enviarte tantas cartas (y que hasta ahora sólo habías visto en el Monopoly) se pongan de acuerdo con el banco (que hasta ahora sólo habías visto en los anuncios con Matías Prats incluido -hasta la primera peseeeta-) para que todos los gastos se centralicen en una sola cuenta.
Y es que resulta increíble que con las ganas que tienen de cobrar, sea tan complicado realizar una domiciliazión (curiosa palabra que es imposible pronunciar correctamente cuando estás gritando bajito a una telefonista incompetente y que te hacer parecer un energúmeno incapaz de explicarle lo harto que estás de que no te solucionen el problema).
-"A nosotros nos aparece todo correcto en nuestro ordenador, señor Jareño", dice con voz armoniosa (siempre de pito y como si tuviera un chicle en la boca) la telefonista del banco. "Va a ser un problema con la compañía del gas (luz, agua, teléfono...)
-"En nuestro sistema todos los datos son correctos, señor Jareño. Hable usted con su banco, que será un problema suyo", explica la telefonista de la compañía.
-"Vamos a ver, señorita - replica el señor Jareño-. En el banco me dicen que el ordenador dice que todo está correcto. Ustedes me dicen que todo está correcto. Sin embargo, a mi me llegan de nuevo las facturas, amenazantes (al más puro estilo de la mafia siciliana), asegurándome que de no pagar en 3 días, se verán obligados a cortarme (¡glup!) la luz (el agua, el gas...)"
-"No, si ya le entiendo, señor Jareño", comenta la empleada intentando frenar el impulso creciente del tono de voz del señor Jareño.
-"Pero es que yo no quiero que lo entienda. Quiero que lo solucionen. No puede ser que esto sea tan complicado. Cuando uno realiza una domici..l...ia..ción es, precisamente, para evitarse todo este jaleo. Para esto, voy al banco todos los primeros de mes y lo pago en mano", grito desesperado. "Lo siento, sé que no es su culpa, usted es una empleada y dice lo que le pone en la pantalla. Quiero hablar con un superior, si es tan amable".
-"Lo siento, señor Jareño, pero para hablar con un superior necesita mandar una carta al servicio de reclamaciones y atención al cliente...bla, bla, bla"
Al final, la solución es comenzar de cero. Decir que vas a cambiar de cuenta y anular todo lo relacionado con la cuenta bancaria antigua. Es mentira. Luego son los mismos datos. Pero, milagrosamente, funciona. Misterios de la vida burocrática.
En fin, menos mal que quiero pagar. Seguro que a los morosos nunca les pasa esto.


directorio de weblogs. bitadir
XML