El secreto profesional

El periodismo es una profesión especial. Tanto, que no está regulada profesionalmente. Mientras otras profesiones como la abogacía o la medicina están bien controladas por sus respectivos colegios o estamentos reguladores, el periodismo está marcado por el vacío legal. La Constitución Española comenta en el Artículo 20 que el periodista gozará de los derechos al secreto profesional y a la cláusula de conciencia y que una Ley Orgánica regulará ambos supuestos. En el segundo caso, es esta (PDF). Sin embargo, en el primero existe un gran vacío legal. Un grave problema que no permite que el periodismo tenga unos estatutos a los que acogerse. Pero existen dos bases fundamentales, ya enumeradas, que todos los periodistas conocemos y valoramos como un patrimonio: el secreto profesional y la cláusula de conciencia.
El primero de ellos es parecido al que tienen, por ejemplo, los médicos; los periodistas tienen el derecho propio de negarse a revelar las fuentes de las que obtienen la información, salvo en algunos supuestos en los que se puedan lesionar otros derechos fundamentales. La cláusula de conciencia, por su parte, permite a los periodistas poder romper unilateralmente su contrato con un medio de comunicación o empresa alegando un cambio en la linea editorial o ideolóica drástico, manteniendo los mismos derechos que si el trabajador hubiera sido despedido. Hoy, el director del diario "El Mundo", Pedro J. Ramírez, ha alegado su derecho a mantener el secreto profesional al ser instado por el juez Del Olmo a entregar toda la documentación que este periódico posee sobre el sumario del 11-M , después de la publicación de esta noticia.
Mientras, la Asociación de Periodistas de Madrid, una organización que intenta velar por los derechos de este gremio, ya ha mostrado su malestar por la actitud judicial, ya que esta petición podría atentar contra la libertad de expresión e información.
El debate está abierto. Mientras, el Gobierno prometió revisar la posibilidad de crear un estatuto regulador de la profesión antes del fin de la presente legislatura. Será difícil crar uno que contente a todas las partes.

Amor inalámbrico

No sabía su nombre real. Tampoco le preocupaba. Le valía con conocer su nick, su alias: princesa.
Nunca la había visto. Jamás la vería en persona. Le daba igual. Le era suficiente con leerla. En su blog. En el messenger. En una iluminada y compacta pantalla de un teléfono móvil.
Desconocía su dirección. La postal. La fiscal. A la que llegan las facturas. No le parecía relevante. Conocía su e-mail.
Su olor era un misterio. Su tacto, un imposible. Su voz, para los demás. No para él.
Tres años de intensa relación. 36 meses de amor. Toda una vida de pasión. De ilusión. De distancia. De palabras. Todo palabras.
Dos ciudades. Dos países. Dos corazones anónimos, distantes pero cercanos; agradecidos.
No soñaba con acariciar su piel. Ni se lo imaginaba. Ni lo añoraba. No se puede anhelar no que no se ha tenido, se decía. No se puede desear lo que no se quiere.
Y él no quería. Aunque la quisiera. Ni siquiera quería quererla. Pero la quería. A su manera.
Amor inalámbrico. Sin cables. Sin ataduras. Sin contratos. Sincero. Sinfónico. Conversado. Confesado. Consciente. Con la distancia de por medio y con el tiempo como aliado.
Amor cibernético, tecnológico; amor. Sin más. Lejano, impersonal, impropio e incomprendido. Pero amor al fin y al cabo.

Continuará...

Elemental, querido Watson

Un escritor de éxito. Un periodista muerto. Un best seller como nexo de unión entre ambos. Láudano. Un romance desleal. Misterio. Podría ser argumento de una novela de Sherlock Holmes. Sin embargo, pese a que tiene que ver con Sir Arthur Conan Doyle, no es ficción.
Un grupo de investigadores pretende exhumar el cadáver de Fletcher Robinson, el periodista muerto, con el fin de realizar una autopsia que pueda determinar si el susodicho fallecido, como se cree, fue asesinado. Envenenado. Con láudano. Y por Conan Doyle.
Desde hace muchos años, se sospecha que el exitoso escritor pudo haber asesinado a Fletcher para evitar que fuera acusado de plagio. Dice la leyenda que su famoso "El perro de Baskerville" (típico libro que casi todos hemos leído en inglés, nadie sabe bien por qué), el best seller, no salió de la pluma del Sir, sino de la de su otrora amigo.
Doyle, además, mantendría una supuesta relación amorosa, el romance, con la mujer del malogrado periodista, y aprovechó su connivencia para llevar a cabo el macabro plan y librarse de un complicado proceso que arruinaría su popularidad.
Si Sherlock Holmes levantara la cabeza ya tendría un nuevo caso que investigar con su inseparable Sancho...digo Watson.

Políticos de guardería

Los políticos son los representantes del pueblo. El Parlamento reúne a los políticos que los ciudadanos hemos elegido. Los políticos que hemos elegido y que nos representan en el Congreso discuten en la Cámara. Las discusiones en la Cámara son tan incontrolables que el presidente del Congreso de los Diputados se ve obligado a suspender la sesión. Los diputados, expulsados, salen al pasillo. Como en el colegio. Los diputados, como en el colegio, continúan con la trifulca en el pasillo. Uno, se señala el rostro y llama "caraduras" a los otros. De los otros, uno se lanza lleno de ira hacia el primero con intención de sacudirle. Los compañeros de uno y los compañeros del otro impiden el enfrentamiento. Gugu tata.
Nuestros políticos, nuestros representantes en el Gobierno, no saben dialogar. O no quieren. Nadie lo sabe. Nuestros políticos, nuestros representantes en el Gobierno, son niños. Caprichosos, problemáticos e incontrolables. Eso sí, amables, divertidos y cariñosos cuando buscan caramelos. Cuando salen en las fotos.
Luego quieren saber por qué hay tanta crispación en la calle. Ellos la crean. Todos.
Y luego están los medios. Titular en "El País": "Un diputado del PP intenta agredir a Rubalcaba"; titular en "El Mundo": "Rubalcaba protagoniza un grave incidente en el Congreso".
Más tarde, los dos diarios cambian los titualares y la temática: "El país". "El Mundo".
Manuel Marín, el presidente del Congreso, el delegado de la clase, pide disculpas: "En el Parlamento la palabra, el discurso, la inteligencia, el argumento, la solidez, el respeto entre todos y para todos debe imponerse sobre el insulto, las emboscadas y el filibusterismo".
Suena al típico discurso del profe que nadie escucha. En cuanto salga de la clase, volverán los chillidos, el lanzamiento de pelotillas y las notitas secretas. Pero a sueldo y en representación de todo un país.
Luego, cuando salen las notas, no comprenden los suspensos.

Google Moon: ¡Y la luna!

Lo de Google es para quitarse el sombrero. Si aún quedaban bocas por abrirse, a través de "El País", he podido descubrir el nuevo "invento" de estos genios de la innovación: Google Moon. El 20 de junio de 1969, Armstrong (el otro) pisó la luna (o eso dicen algunos). Para conmemorar esa fecha, Google ha lanzado este nuevo mapa lunar cenital. Una verdadera delicia para los curiosos, astrónomos y, cómo no, para los soñadores.

Jet lag televisivo

Hablábamos el otro día de la poca relevancia que tiene ya la información en diferido en un mundo informativo dominado por la actualidad soberana de Internet, las nuevas tecnologías y la facilidad de acceso a los medios por parte de los usuarios.
Pues bien, aunque parezca mentira, la televisión pública no lo ha comprendido. Telemadrid, que no pasa por sus mejores momentos, emitió ayer (19 de julio) a las 22:00 horas el partido que el Real Madrid jugó en Los Ángeles a las 4:30 de la mañana (siempre en hora española). A eso se le llama información actualizada. 18 horas de déficit son demasiadas. No importa que sea el Real Madrid; da igual que mucha gente esté de vacaciones. Internet no descansa. Ni los telediarios. Todos los informativos del día habían cubierto ya la noticia, habían presentado su crónica y habían contado el resultado.
Que sí, que el cambio horario no favorecía la emisión en directo. Correcto. Pues bueno, quien se quiera quedar despierto, que se quede. O que lo emitan durante la sobremesa. Qué sé yo.
Pero no sólo Telemadrid se equivoca. TVE tampoco parece darse cuenta de la falta de interés que genera el diferido. Y más en el deporte. No hay más que ver Estadio 2 cualquier domingo por la tarde. El pasado fin de semana, la final del campeonato de España femenino de tenis fue emitida con más de dos horas de retardo. Un mundo.
Los aficionados al deporte son animales devoradores de información. Buscan y encuentran. Se mueven. Se informan. Emitir con tanto desfase es incongruente y, bajo mi punto de vista, ineficaz. Y más, en un servicio público.

Terrorífica rutina

Un centenar de personas murieron el sábado en Irak en un escalofriante atentado cometido por un suicida frente a una mezquita. El asesino en cuestión decidió inmolarse junto a un camión cisterna que cargaba combustible en una gasolinera. La explosión, inenarrable.
Esta noticia debería abrir telediarios, figurar en las portadas de los periódicos y llenar minutos y minutos de radio. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Una leve mención en los noticiarios y poco más. ¿La razón? Ocurrió en Irak.
Hace poco más de una semana, 55 personas (hasta el momento) perecieron en los terribles atentados de Londres. Todas las cadenas emitieron en directo los acontecimientos, repitieron imágenes y testimonios cada pocos minutos; todas las radios dedicaron horas de programación al brutal atentado; todos los periódicos llenaron su primera página con esa información.
Obviamente, la noticia era de alcance. No quiero restarle trascendencia ni negar la evidencia.
Pero una cosa está clara: el atentado del sábado en Irak provocó el doble de víctimas que el de la capital británica. Y eso no es todo. Cada día mueren muchas personas en ese país. Demasiadas. Olvidadas. El goteo de víctimas es especialmente escabroso. En la redacción donde trabajo, una de tantas, ya dudamos de la notoriedad de una muerte en Irak. Si no supera la decena (como mínimo), difícilmente merece ser contada al mundo (salvo que no existan noticias mínimamente consideradas "más importantes" tales como la ola de calor).
Es muy triste. La muerte es una rutina en Irak. Una terrorífica rutina. Una monotonía injusta, dolorosa e interminable. Pero al mundo casi no le interesa. Ya no. Irak ya no es el centro del universo. Saddam ya no está. Bush duerme tranquilo.

Como una ola

El verano y el invierno han pasado a mejor vida. Ahora, los medios de comunicación nos venden las olas. De calor o de invierno, da igual. Cuando llega el calor en España, como es el caso, no es que estemos inmersos en pleno verano, que va. Es que ha llegado una durísima ola de calor. Los informativos de radio y televisión abren con la noticia, los periódicos avisan a los ciudadanos y se muestran recomendaciones del tipo "no corran un maratón a las 15 de la tarde" (gracias, menos mal que me lo han dicho, porque ya iba...), "beban mucha agua" (bueno, esta noticia supongo que la censurarán en Murcia o Almería, no sea que se pasen...y no puedan regar los campos de golf), o "no realicen esfuerzos" (que se lo cuenten a los jefes).
Pero es que el invierno también ha dado paso a las olas de frío. Si nieva, es que viene un frente polar muy chungo. Pues claro, como toda la vida. Es lo que tienen los inviernos. La nieve, el frío, el hielo...Y aquí, de lo que te advierten es de que "no cojas el coche si no es necesario" (me gustaría que aclararan los niveles de necesariedad del uso del autómóvil), "lleve ropa de abrigo" (con lo que nos gusta ir en chanclas en enero) o "conduzcan con cuidado" (sólo mientras nieve eh, luego ya...).
Y es que es la mejor manera de hacer sensacionalismo sin que lo parezca. Como el "amarillismo" está mal visto (a veces), no hay nada como la información meteorológica para crearlo. Sugestión y alarmismo.
Sin embargo, la realidad es que no hay mucha tela que cortar. Cuando hay pocas noticias, el tiempo es de lo más socorrido. Es como en los ascensores. Cuando subes a tu casa y te encuentras con el típico vecino con quien no sabes de que hablar, lo habitual es soltar un "joder, que calor" o un "hace un frío de cojones". En los medios, la única diferencia es que omiten los tacos. Los dejan para los programas de corazón.
Increíble; justo después de terminar este post, en mi afán por encontrar algo noticiable, me encuentro en Europapress con la siguiente noticia. Esta es una de las agencias más importantes de nuestro país y, en la portada de su página web, siempre colocan las cuatro noticias más importantes del día. Hoy, a las 13:45, esta era una de ellas. Y la mayor parte de los medios viven de las agencias.

El nuevo periodismo

Las nuevas tecnologías e Internet han cambiado el panorama de los medios de comunicación. Hoy en día, la información en diferido ya no tiene valor. Se ve superada, sometida y agobiada por la actualidad, la interactividad y el directo que ofrecen los nuevos medios: Internet.
La Red ha crecido enormemente en los últimos años y se ha convertido por méritos propios en el nuevo medio de comunicación por excelencia. Cantidades ingentes de información circulan por ella cada día gracias a las facilidades que otorga su peculiar formato multimedia. Internet aúna texto con imágenes, con vídeos, con enlances (hipertexto), Además, la información puede ser actualizada y publicada en tiempo real, y la audiencia potencial es altísima y, además, es creadora, partícipe y protagonista real.
La proliferación de los blogs como alternativa y/o complemento a los medios tradicionales ha supuesto la aparición de un nuevo modelo de comunicación, lo que ha sido bautizado como Periodismo 3.0. Desde Periodistas21, sin lugar a dudas una de las mejores bitácoras nacionales, se viene haciendo hincapié en esta nueva forma de informar desde hace mucho tiempo. En el artículo citado, Juan Varela muestra todo el espectro de esta profesión que pasa por unos momentos inciertos.
Los medios tradicionales están aún decidiendo si se suman a esta nueva fórmula creacional o si tratan de luchar contra ella, algo que, hoy por hoy, parece casi un suicidio.
Los terribles atentados del 7-J en Londres han demostrado que los weblogs son una grandísima alternativa a los medios habituales a la hora de recibir información en directo. Sobre todo cuanto la comunicación oficial está sesgada, como ha ocurrido en Reino Unido.
Algo está cambiando. Internet es el presente y el futuro de la información y creo, sinceramente, que los medios tradicionales se irán integrando paulatinamente en este nuevo proceso.

Laporta, a lo Enrique Iglesias

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, protagonizó el pasado sábado un curioso incidente en el aeropuerto catalán de El Prat. Laporta, en su regreso de un viaje a Bosnia, intentó pasar sin éxito por el arco de detección de metales. Como cualquiera en su lugar, se sacó las llaves del bolsillo y lo intentó de nuevo. Agua. A la tercera, tampoco. Visto lo visto, y con los nervios en objetos perdidos, no se le ocurrió otra cosa que emular a Enrique Iglesias. Eso sí, sin "All I neeeeeeeed" y sin Kournikova. Se quitó el cinturón, se bajó los pantalones y los lanzó a una cesta. Los encargados de seguridad, atónitos, nunca pensaron que verían tan de cerca las intimidades del Barça. ¿Llevaría la foto de Ronaldinho en los gayumbos? ¿Quizá la de Etoo?
Después, Laporta pidió perdón. Lo que está claro, es que es un verdadero "culé".

No pudo ser

Londres, contra toda pronóstico, será la ciudad que albergue los Juegos Olímpicos de 2012. Madrid, por tanto, tendrá que esperar. Así lo han querido los miembros del COI y así nos hemos quedado nosotros.
Una pena. Y es que son demasiados los intereses que prevalecen a la hora de dar un voto. Y ahí estamos verdes. Política y económicamente nos queda aún mucho que hacer para estar cerca de París (grandísima derrotada) y Londres. La capital británica, casi descartada hace un año, ha visto como los esfuerzos de Blair en los últimos días han dado resultado. Ni él se lo creía.
Pero tenemos que estar orgullosos. Muy orgullosos. No sólo hemos estado por delante de Moscú y Nueva York, sino que, además, nos hemos quedado a dos votos de plantarnos en la final (o a uno, si el despistao griego de turno no se hubiera equivocado al pulsar el aparatito, claro).
Analizando el transcurso de las votaciones, queda claro que nuestro gran fallo ha estado en no saber aprovechar los votos de todos los que apoyaban a Nueva York. En la segunda ronda, Madrid era primera. Sin embargo, no recibimos ni un sólo voto de todos los que apoyaron a los neoyorquinos en la primera ronda. ¿Por qué? Ah, amigo. Intereses. Nuestra cuenta pendiente.
Pero si hablábamos de orgullo, no es, principalmente, por los resultados en sí. Madrid, España, ha de sentirse orgullosa del grandísimo trabajo realizado por la candidatura Madrid 2012, por el excelente apoyo personal y profesional de Gallardón y su equipo, por el apoyo sin límites del Gobierno y, sobre todo, por los madrileños, por los españoles. Por primera vez en mucho tiempo, quizá desde el 11-M, nada ni nadie había conseguido juntar a todos por una causa. Hoy, todos, de derechas, de izquiedas, del Madrid o del Atleti, madrileños o no, deseábamos un objetivo común. Enhorabuena.

El creador del Sasser, a juicio

Comienza el juicio contra el "simpático" chavalito que consiguió crear dolores de cabeza por reinicios constantes de ordenador a casi todo usuario de Internet del planeta (of course, me incluyo).
El colega alemán Jaschan, supongo que abrumado por la adolescencia y superado por alguna que otra crisis sexual u hormonal, no tenía otra cosa que hacer que crear el gusano llamado Sasser y tocar un poco las narices a medio planeta. Pues nada, ahora, a confiar en que todo el peso de la justicia caiga sobre él. Dicen que está "demostrado" que su espléndida creación dañó a 142 ordenadores...No sé quién los contó, pero supongo que, cuando lo hizo, su cerebro también estaba intoxicado.
De todas maneras, supongo que al germano tampoco le importará mucho. Seguramente se habrá ganado un buen contrato para el futuro con alguna que otra compañía informática de prestigio...Dicen que lo importante, hoy en día, es que hablen de uno; no importa si bien o mal. Que hablen.

Madrid 2012

Esto son un francés, un inglés, un americano, un ruso y un español que quieren unas Olimpiadas y van y se piran de viaje a Singapur. Resulta que, estando allí, el francés se encuentra con Chirac y con algún que otro deportista galo, el británico se encuentra con un omnipresente Blair y más de un campeón de las islas, el americano se encuentra a la futura presidenta de su país (primera dama, primera dama cornuda, primera presidenta), el ruso se encuentra con "ni el tato" (no hay caucasiano que se crea que puedan ganar) y el español flipa: Zapatero y Rajoy (juntos, pero no revueltos), la Reina Sofía (esta vez, sin Atenas de por medio, se moja), Gallardón, Trini, Espe (Simancas estuvo a punto de ir, pero, en el último momento, dos tránsfugas le metieron en otro avión), y un importante elenco de deportistas españoles de elite: Gasol, Estiarte, Indurain, Arantxa (Andorra no aspira a los Juegos) y Raúl. Ese Raúl que llena aeropuertos. Debe de ser que con el jet lag a los chinos (¿singapureños? ¿singapurianos? ¿singapurenses?) les falta por ver un par de temporadas...Todos ellos grandes deportistas, sin duda. Unos cracks en su disciplina. Pero esperemos que no tengan que hablar mucho en la presentación.

Mientras, en el otro lado de la galaxia, en España, en Madrid, ciudad candidata, la sensación de que "no hay nada que hacer" se respira por todos los lados. Pese al interés por el optimismo, lo cierto es que casi nadie confía en la victoria madrileña (¿estará Carod haciendo "Lobby"?). En la calle se oye ese: "Está claro, se lo dan a París, son favoritos". La gente ya habla con tanto conocimiento como de la Fórmula 1.
Quizá esté ahí nuestro secreto.

Suerte.